Los que olvidan la historia están condenados a repetirla  (Jorge Santayana) 

 documental

Conforme la asesina maquinaria nazi sumía a Europa en el terror, miles de Testigos de Jehová sufrían una persecución brutal ¿Por qué? Porque se mantuvieron firmes en sus creencias y denunciaron con valor la crueldad del nazismo. Estuvieron entre los primeros que fueron recluidos en campos de concentración nazis. "Se pretendía acabar con este grupo religioso -dice el doctor Detlef Garbe, director del Museo Conmemorativo del Campo de Concentración de Neuengamme-. No había de quedar ningún Testigo en Alemania".

En este documental intervienen diez historiadores de Europa y Norteamérica, y más de veinte Testigos supervivientes. Entre todos relatan una historia de valor y triunfo que debe darse a conocer.

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Hace cincuenta años (en 1991), millones de europeos sufrieron horriblemente bajo el régimen nazi. Entre las víctimas estuvo una agrupación religiosa que se destacó por ser diferente: los testigos de Jehová. Como grupo se negaron rotundamente a transigir en cuanto a sus principios a pesar de que se les presionó mucho para que adoptaran la ideología de Hitler. A raíz de ello, fueron recluidos en campos de concentración, donde se los identificó con un triángulo púrpura cosido a su uniforme. Los Testigos, personas pacíficas, no eran muy numerosos. No obstante los nazis agotaron muchos recursos tratando de acabar con ellos. ¿Por qué? Y ¿cómo podía la fe de alguien sobrevivir a tal oposición? 

La historia sobre la inaudita resistencia de los Testigos de Jehová durante el régimen nazi ha estado reprimida por casi cincuenta años. La producción de este vídeo ha sido posible gracias a la colaboración del Holocaust Memorial Museum, de Washington (E.U.A.), al Kuratorium junger deutscher Film y la Kulturelle Filmförderung, de la Baja Sajonia.

Este documental muestra cómo les Testigos de Jehová antepusieron a las leyes del régimen nazi la observancia de las normas, principios y mandatos bíblicos. Hombres, mujeres y niños de esta confesión se negaron a saludar a Hitler, a prestar el servicio militar y a fabricar armas. Mientras que las confesiones religiosas estatales apoyaron el esfuerzo bélico de Hitler, los Testigos de Jehová mantuvieron valientemente la esencia de la herencia cristiana.